Hoy os enseñamos una manualidad muy especial, de la que nos sentimos especialmente orgullosas por todo lo que conlleva.
Hará como unos 6, 7 meses nos encontramos en la calle un caballito de madera abandonado a su suerte. No era muy atractivo, pero tampoco como para abandonarlo...
Nosotras vimos más allá de su fealdad, quiénes éramos para juzgarlo? y decidimos llevarlo a casa con nosotras, para darle una vida mejor.
Una vez instalado en su nuevo hogar, decidimos cambiar su imagen para que pudiese empezar de cero. Fue entonces cuando empezó el proceso.
Aquí podéis ver a nuestro amigo cuando llegó a casa.
Un poco recargado, no os parece?
Empezamos por desmontarlo pieza a pieza y tornillo a tornillo, y lo fuimos lijando hasta que todas las piezas quedaron limpitas, sin ningún resto de color.
Después de darle vueltas al color que nos gustaría usar, nos decidimos por el blanco y comenzamos a pintar.
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| El caballo desmontado y pintado. |
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| Empezamos a montar el caballito con su nuevo look. |
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| Cada pieza en su sitio y cada tornillo donde estaba... |
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| Como cubre asiento, decidimos hacer un cojín mullidito, así se amortigua mejor el culete. |
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| Con un detalle por aquí y otro por allá... |
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| Unas pinceladas de un tono lila muy tenue para darle un toque de color. |
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| Y este es el resultado final del cambio de look que le proporcionamos a nuestro gran amigo, el caballito. |
El proceso nos llevó unos días, a pesar de haberlo tenido en casa durante meses, y como os decíamos antes, estamos muy contentas con como ha quedado, porque se lo hemos regalado a una familia muy especial para nosotras.
Claudia nació hace un año y, al encontrar a nuestro amigo decidimos que sería un buen regalo para el día de su primer cumpleaños. Pero no nos imaginábamos que nos iba a quedar tan bonito y, siendo todavía tan pequeña, pensábamos que no le iba a hacer mucho caso... pero, ¡le ha encantado! y a sus padres también, por lo que no podríamos estar más contentas de todo el trabajo que hemos hecho y su resultado.
Desde aquí dar las gracias a nuestros amigos por querernos y dejarnos quererlos a ellos y a la pequeña Claudia.
Esperamos que os haya gustado la manualidad de hoy.
Sed felices!!
Claudia nació hace un año y, al encontrar a nuestro amigo decidimos que sería un buen regalo para el día de su primer cumpleaños. Pero no nos imaginábamos que nos iba a quedar tan bonito y, siendo todavía tan pequeña, pensábamos que no le iba a hacer mucho caso... pero, ¡le ha encantado! y a sus padres también, por lo que no podríamos estar más contentas de todo el trabajo que hemos hecho y su resultado.
Desde aquí dar las gracias a nuestros amigos por querernos y dejarnos quererlos a ellos y a la pequeña Claudia.
Esperamos que os haya gustado la manualidad de hoy.
Sed felices!!
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